miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL DESAFÍO DE CRECER.


   No importa cuáles sean sus necesidades especiales. Como todos los seres humanos, los adolescentes con discapacidad sueñan con el amor. Sólo necesitan que desde la infancia les den las herramientas. El problema es, según especialistas, que los familiares los consideran eternos niños "inocentes" .

"Sin distinción" 
"Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o... cualquier otra condición", dice, contundente, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo, en pleno siglo XXI, seguimos sordos y parece que miramos para otro lado cuando de discapacidad se trata. Y el texto es más que clarito: "sin distinción". "La educación de los chicos con discapacidad debe apuntar a la promoción de su independencia, y eso claramente incluye la educación sexual. Es indispensable que sean mirados desde un lugar de valor, como sujetos de derechos, y no como objetos",
"Los padres siguen confundiendo sexualidad con genitalidad, y suponen que la sexualidad de su hijo no va a despertar, y que si le dan información, va a pensar 'cosas raras'", dijo la psicóloga Ailín Austin, de Acompañar. "Los chicos con discapacidad necesitan el placer, como todos, y lo sienten, como lo sentimos todos. La sexualidad se desarrolla desde la panza y negarles el acceso al placer cuando crecen es antinatural".

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