La primera versión del "Patito feo" apareció en 1845. La historia de sus desdichas comienza en una granja donde fue el último en salir del cascarón. Desde entonces, torpe y diferente siempre sufrió el desprecio de los demás. Debido al sufrimiento que las burlas y las ofensas le causan, tiempo después parte en busca de amigos de verdad.
Desde su publicación ha animado a varias generaciones a a resistir, a buscar un grupo en el cual seamos valorados, a intentar resolver el problema básico de "pertenecia/no pertenencia a la familia biológica" que suele hacer eclosión durante algunas etapas de la infancia y adolescencia.
La cultura tiene mandatos acerca de lo que es deseable en apariencia, estatura, masculinidad, femineidad, etc. Las niñas y niños diferentes necesitan unos padres con ciertas cualidades "heroicas" para criar un hijo con otras necesidades . No siempre ocurre así y entonces esos chicos, a veces pasan años en un medio que no puede hacerlos crecer. Aceptarlos, enseñarles a seguir adelante como el patito, a ser ellos mismos sin excesivas adaptaciones (inútiles formas de agradar que debilitan) pueden ser algunos caminos a recorrer con nuestros chicos hacia la dicha de pertenecer.
Ilustración de Roberta Wilson
No hay comentarios.:
Publicar un comentario